• San Cibrán de Barcala: La iglesia de esta parroquia está situada en un valle profundo y cerrado, con el campanario alejado de esta y rodeado de una hermosa carballeira, con carballos centenarios.
  • San Xoán de Barcala: Destacan la iglesia parroquial y su crucero, el pazo de Cores y, por supuesto, la escuela unitaria, edificio construído en su día con las aportaciones de los emigrantes en Cuba.
  • Santa María de Ordoeste: Situada en el centro geográfico del valle de Barcala, nos ofrece la hermosa estampa de su conjunto religioso con el crucero y con una iglesia barroca en la que destaca la torre neoclásica.
  • San Cristovo de Corneira: Destacan la iglesia parroquial, de finales del s. XVIII, con su capilla mayor del s. XIX y su crucero. Otra construción representativa se encuentra en la aldea de Ferraces, un pazo con su palomar, hoy en día en estado ruinoso, pero que conserva el corredor cubierto, las puertas, los arcos y el escudo.
  • San Mamede de Suevos: La iglesia parroquial es de estilo neoclásico, construída en el período de finales del s. XVIII a mediados del s. XIX.
  • San Salvador da Ermida: Destaca la capilla das Neves y dignos de visitar son también los interesantes hórreos que se conservan de tipo xalleiro.
  • San Xoán da Riba: Petróglifos en las aldeas de Carballeira y Ferreiros y el conjunto de mámoas de Ferreiros son testigos de  la pegada de los antiguos pobladores de estas tierras. En la iglesia parroquial, originariamente románica, pueden apreciarse los estilos barroco y neoclásico.
  • San Miguel de Cabanas: La iglesia, de estilo ecléctico, tiene una fachada barroca similar a la de S. Fructuoso de Santiago, con una torre inspirada en las compostelanas. Posteriormente se construyó la casa reitoral que dio lugar a un conjunto parroquial de gran belleza.
  • Santa Mariña do Barro: En esta parroquia está el pico más alto del municipio, el de Santa Mariña, en el cumbre del cual hubo antiguamente una capilla, hoy derrumbada y substituída por una cruz. Podemos admirar el pazo de Leis, del s. XVI, en buen estado de conservación.
  • Santa Cristina de Marcelle: De sus monumentos se destaca la iglesia del s. XVII, con un estilo marcadamente barroco, y un palomar en la casa reitoral, de planta rectangular que rompe con el modelo barcalés.
  • Santa María de Troitosende: La prehistoria dejo su señal en la presencia del castro y de varios restos, hoy expuestos en el Museo de Pontevedra, como estelas funerarias celtas. En la iglesia existen restos del románico en el muro sur de la capilla mayor, pero el resto de la obra está entre el barroco y el neoclásico.
  • Santa Baia de Lañas: Es una de las parroquias más antiguas del ayuntamiento, citada ya en documentos del año 868. Como edificaciones hay que destacar su iglesia, con varios estilos que van desde el  románico al neoclásico pasando por el barroco y la capilla de Santo Antón, em ña aldea de Vilar da Torre, con su hermosa carballeira.
  • San Pedro de Fiopáns: La arquitectura religiosa muestra su joya con la iglesia parroquial de estilo barroco del s. XVIII; destaca en ella la presencia de varios escudos de armas, testigos de la estrecha vinculación de esta parroquia con las familias nobles de la época. Podemos gozar del descanso y de la tranquilidad de su paisaje en el área recreativa recientemente creada al borde del río Tambre.
  • San Mamede de Monte: De esta parroquia ya se hace referencia en el año 988. La iglesia parroquial sufrió varias transformaciones, sobre todo desde el 1594, de ahí la presencia de estilos que van desde el gótico tardío hasta el manierista. Destaca también la capilla da Virxe da Peregrina de Ceilán, situada en una hermosa carballeira. Hay que citar también la presencia de "casonas" como la de Santiso y la de Antelo.
  • San Vicenzo da Baña: Recibió el título de villa en el s. XIX. Cuenta con una iglesia parroquial en la aldea del Castro de tipo monumental, cun reloj de sol en su lateral y con un cementerio custodiado por los Fillos da Baña residentes en la Habana, del s. XIX. Destacar también la Obra Pía en el centro urbano. Para descansar, el área recreativa de Chans, al borde del río Albariña.